miércoles, 15 de septiembre de 2010

Inminente final

Me vio con ojos cansados, intuí la desesperanza en su corazón, la tristeza en su alma.
Supo que nadie lo entendería; el desgano, la apatía, solo podrían encontrarse en un ser despreciable.
Se quedó sin sueños, sin ganas de luchar y ahora solo se dejaba llevar.
Era un ente inanimado en una realidad frenética y organizada. El, un ser anómalo y de gustos extraños era considerado por otros como excéntrico.
Su piel avejentada por el paso del tiempo formaba arrugas junto a sus ojos, esos ojos aletargados, inmóviles; ya cansados de vivir, de ser testigos del día a día, de presenciar cada segundo, cada minuto, cada hora.
Ya no sentía rabia, ni temor, ni alegría, y escondido bajo las sábanas predecía su futuro, ¿para qué vivir una historia que ya fue narrada? no sería ni el primero ni el último en representar el papel.
Todo es cíclico y como un día llegó al mundo, también lo dejaría ¿es que acaso algo cambiará bajo el sol? ¿Merece el esfuerzo iniciar algo que tendrá un final anunciado? Un final que quizá demore su espera pero que con él se llevará todos los deseos, rencores y pasiones. Y lo hará como la sombra se lleva la luz, como la lluvia limpia todo a su paso.
El hombre, un conformista inconforme, animal de costumbres, nunca pudo luchar contra su propia naturaleza: ser infeliz.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Realidad

Entre sueños hoy me encuentro,
mas, ¿que es la realidad?
una relativa verdad
y un eterno desacuerdo.

busco tus ojos en el cielo,
busco tu boca en el mar,
busco tu voz en el silencio
busco lo que nunca podré encontrar.

Fuiste solo un sueño,
una idea en mi cabeza
una falsa certeza
y a mi propia creación
le sedi el corazón.

¿Ilusiones?
la fragilidad da paso a la imaginación
y el adiós desemboca en el perdón
todo culmina con naturaleza
todo acaba sin sorpresas.

martes, 17 de agosto de 2010

Satén

Cantaré, cantaré toda la noche, cantaré a viva voz, cantaré con el corazón, cantaré sin parar, sin sentido y sin pensar.

Gritaré hasta enmudecer, quiero que me escuchen las estrellas, la luna, el sol y el mar, las montañas correrán, las aves huirán, y solo entonces, cuando libre al fin esté, lograré escuchar, me hablarás de tu verdad, de tu historia y tu pesar.

 Un día la princesa confió en el trovador, le confió su corona, sus sueños y su amor,
pero el huyó, la amargura le embargó , algo se quebró, sus esperanzas se apagaron y todo el mundo sin el, palideció, la oscuridad cegó de pronto el cielo y la tierra se cayó.

 Llora princesa, llora, inunda por completo esta canción, limpia tu tristeza y mi dolor.

La fragilidad se vio envuelta en flores de satén, la dureza enmascaró su rostro; bella, al fin, sin más sonrisas se quedó.
Ojos vivos extinguidos, labios dulces marchitados, un corazón aletargado son las huellas que en mi, tu amor dejó.